La negrura de la noche en mi alma se hace densa,
Y al posarme sobre aquella mesa,
Le ruego al destino el camino hacia el
olvido,
Pues esta vez será la última que yaceré
carcomido.
Me hiere tu partida, me hiere que no seas
mía,
Me duele saber que en la lejanía mi piel
te reclama todavía,
Oh dulce agonía embriágame de valentía,
Para hacerte a un lado y hacerme de una
nueva vía.
Dejaré de mirar esos ojos que ajenos me
han convertido,
De aquellos labios que alguna vez besé
pero ahora me han mentido,
De aquella piel que ahora otro se ha
apropiado,
De aquella alma que ahora me ha hecho a un
lado.
Esta noche me entrego a la noche y a sus
delicias,
Esta noche busco la bebida para erosionar
lo indeleble,
Busco en miradas, besos y caricias,
Un remedio para ser menos endeble.
Busco en experiencias la pócima de olvido,
Para hacer lugar a algo desconocido,
Para no recordar ni siquiera tú nombre,
Para hacer que en mi memoria tu belleza nunca más aflore.
Hoy en este lugar dedicado a Baco,
Hago este último memorial de agravios,
Le digo adiós a tu rostro, a tu recuerdo y
a tu afrodisíaco,
Para hacerme finalmente inmune a tus
efluvios.
Que pasen las copas y los desdenes,
Esta noche a la inconsciencia me arrojo,
Porque mañana ya no habrán vejámenes,
Porque ya mañana no habrá más despojo.
Solo miro al cielo ilusionado,
Miro buscando un poco de consuelo,
Porque donde alguna vez caí hacia el
suelo,
Hoy ya yazco levantado.
Y quizás con un poco de suerte,
Poco a poco al rearmarme,
Me dé cuenta que no ha sido mi muerte,
Y así vuelva a esperanzarme.