viernes, 26 de julio de 2013

Entre dudas


Pasos temblorosos en el camino de regreso,
Voluntades firmes que habitan en el alma,
Desasosiegos profundos y dulces embelesos,
Sucesos que te roban la calma.

Ahora yazco en mi lecho,
Me pregunto como afrontar el hecho,
Cómo sobreponerse a lo perdido y a lo arriesgado,
¿Será que solo queda ser desgarrado?

A pesar de todo sonrío ensimismado,
No hay mayor fortuna que considerarse un arrojado,
Entre fracasos y victorias mi camino se está consumando,
No hay nada de que arrepentirse, yo solo ando.

A pesar de mi sonrisa un temor cargo,
Repito incesantemente que esto solo es un trago amargo
¿Y si el fracaso toma mi esencia abruptamente?,
¿O solo es una idea que reside en mi mente?

Entre firmeza y titubeos moro,
Con una meta clara y una ruta difusa y corroyente,
A veces sonriente y a veces doliente,
Me lleva al fulgor y al decoro encontrando tesoros.

Al respirar al paso solo me digo,
Solo sigue andando el camino,
Así tomarás la gracia de ser tu propio testigo,
Algún día saldrás del paso clandestino,
Encontrarás en otra mano el buscado abrigo
  Y llegarás al tan anhelado destino.


miércoles, 24 de julio de 2013

Sabor a almendras


Era una noche prístina llena de magia y de luz, y tras un acuerdo dos almas se encontrarían en aquel sitio entre música y copas, algunos pierden la conciencia otros inadvertidamente se sumergen en el mundo de la pasión, algunos mas voluntariamente que otros.

Él tras un día de trabajo, cuelga los últimos rastros de monotonía en su armario, toma un traje de esos que son apropiados para mostrar interés mas no desesperación, lo tiende sobre la cama mientras escoge una fragancia ácida para despertar curiosidad en las narices atentas e intrépidas y la rocía sobre su traje, posteriormente toma una cálida ducha para espantar las dudas y los pensamientos fríos, balbucea algunas canciones de ensoñaciones a medias mientras imagina lo que ocurrirá esta noche.

Tras haberse preparado, toma de su cajón un chocolate meticulosamente escogido, de almendras, como para ser dulce y crujiente, como él esperaba que fuera esa noche, la cual parece particularmente fría como para que aquellos que se aventuran a salir decidan buscar el calor en brazos de otros.

Tras cruzarse las miradas por fin, después de tantas lunas, una sonrisa entremezclada entre nostalgia y satisfacción se dibujan en ambos rostros, nostalgia por el tiempo que ha pasado y satisfacción porque el devenir del tiempo les ha jugado una buena pasada y una mirada cómplice a comenzado, al principio por la admiración que la belleza hace sobre los cuerpos solitarios, después por el interés que causa un buen relator quien de experiencias y de conocimientos se arma para elaborar un delicioso cóctel de palabras que entra suavemente por lo oídos y poco a poco empieza a cautivar la mente, mientras poco a poco el alcohol ablanda las resistencias, suaviza las terquedades y da rienda suelta a los anhelos de la voluntad.

Tras ser presa del deseo se agudizan los sentidos, ella en un traje negro que se ajusta a su esbelta figura, con una sonrisa tan clara como la luna, cabello oscuro como la noche, labios tintados del color del vino, todo mientras narra en una melódica voz de sirena sus andanzas por el mundo, sus sueños, sus esperanzas y deseos, sus inconformidades y sus luchas; simplemente un cuadro que te cautiva hasta el último de tus anhelos, todo mientras miras con desdén el fondo vacío de una copa que pronto habrá de ser remplazada implorando que a al siguiente dejes de hablar de tus sueños, tus anhelos, tus experiencias, porque eso es algo que ya conoces bien y si bien lo que ella musita es supremamente interesante, ya han despertado tus bajos deseos y requieres algo mas de aquellos labios.

Mientras viene la siguiente copa, él toma el chocolate en manos ya aventuradamente lo entrega bajo la condición que debe probarlo esa noche, ella sonríe un poco, lo toma entre sus manos y parte un pedazo lo pone delicadamente entre sus labios y poco a poco se ve como se consume por su dulzura, con una cara de complacencia mira intensamente, mientras un trozo de chocolate sale tímidamente contrastando con sus labios,  casi instintivamente el se acerca y  de manera gallarda toma el trozo de aquellos labios, mientras la música en vivo estalla, la gente se mueve, y todo esto queda encubierto.

Tras esto, la conversación muta a los juegos de manos y a los silencios, a viajes entre roces y caricias, para ese momento ya estaba ahí, ese timbre dulce que genera cuando en silencio todo parece encajar. poco a poco se pierde la voluntad y las manos y los labios presos del instante han quedado, se ha tornado difuso todo y entre parpadeos el hombre mira como salen de la mano del sitio, es una sensación extraña, no han sido las copas, no ha sido nada que pueda reconocer, solo queda ese sabor a almendras.

mientras se mueven por la ciudad con un rumbo desconocido, entre caricias y besos de satisfacción, de alegría, una duda rompe la armonía, con tono de agotamiento, ella lo aparta y le dice que ya ha sido suficiente, le sonríe y se recuesta sobre sus piernas, nada fuera de lo habitual, al cabo de un tiempo el queda profundamente dormido...

Al abrir de nuevo los ojos se encuentra en un cuarto desconocido, sus muñecas habían sido atadas con una seda entre rojo y negro, su camisa abierta en par, al intentar mover las piernas se siente impotente al darse cuenta que su cuerpo se encuentra completamente inutilizado, al cabo de unos cuantos forcejeos un suspiro rompe el silencio, está completamente atrapado. Por la puerta del cuarto se acerca la hermosa dama del sitio con una sonrisa en el rostro, se acerca al cuello le da un beso y le dice:

-Ya fue suficiente, puedes irte.

El hombre confundido mira a la mujer mientras ella libera sus muñecas, le da un beso a manera de despedida y esta desaparece al instante. tras recobrarse del embrujo se incorpora de la cama y lo primero con lo que se topa es con el suelo al perder el equilibrio, justo ahí hay una nota con un teléfono, un beso y una cara sonriente. El hombre recoge la nota, la guarda en el bolsillo izquierdo de su camisa, toma sus cosas y  como quien deja a un lado a un muerto desaparece también del lugar.

Tiempo después entendí de que se trataba, porque ese hombre cada dos o tres días llama a aquel número donde nadie responde, después apesadumbrado sale a la ventana y mira a la luna como quien busca en sus memorias al cielo entregar.

La esperanza es dulce como las almendras, es suave como entra y entremezcla lo cotidiano, con lo etéreo y arcano; es un aderezo seductor con cualquier trago, pero en manos de un inexperto o de un insensato puede ser el mas poderoso veneno, este no mata al cuerpo, mata el alma y poco a poco te haces resistente a sus efectos, haciendo que cada vez sea más difícil que vuelva a seducirte con su dulce textura y sabor, se vuelve poco a poco en cianuro de ilusiones del cual el perdón es su único antídoto.


lunes, 22 de julio de 2013

Caminante Claroscuro


Entre luces y sombras habito,
Y del amor es fuerte mi apetito,
Caminando en la vida errante y meditabundo,
Buscando en miradas y besos mi razón en el mundo,

Mirando brillos prístinos y sombras abrumadoras,
Colores en sonrisas puras y grises en lágrimas despojadoras,
Como quien un boceto con su alma pinta,
Con emociones y pensamientos que la vida sucinta.

Entre versos y letras hoy mi destino forjo,
Danzando en un mundo sin cerrojos,
Buscando compañía entre cielos e infiernos,
Entre dualidades de paciencia y momentos buenos.

El destino es del que fluye en el devenir del tiempo,
Aquel que ante la pérdida sonríe así quede solo un harapo,
Quien entre alegrías y tristezas fiel a su esencia camina,
El que en sus manos un pincel dibuja su voluntad adamantina.

Toma tu fuerte pincel caminante,
Sin dejar que tu pupila parezca agonizante,
Pinta un claroscuro de la esencia vivida,
Sin rehusar a lo que depara la acción acontecida.

Sonríe cuando atrás miras,
Sueña cuando adelante observas,
Camina alegremente cuando en el presente moras,
Pero nunca olvides lo que admiras,
Pues es allí donde todo cobra vida,
Antes de la grande y negra partida.


viernes, 19 de julio de 2013

Danzarina de Deseos Cambiantes


Eres como la marea,
Vas y vienes como quien un trago saborea,
A veces buscando el embrujo de la inconsciencia,
A veces quien huye hacia la inconsecuencia.

Hay veces que estas vivaz en miradas,
Otras me apartas con dudas arraigadas,
Hay veces que sonrío y estallo en júbilo,
Otras simplemente pensativo paso en vilo. 

Clemencia al cielo hoy pido,
Porque el marinero yace perdido,
Con anhelo a Ítaca enfrenta su destino,
Mirando al cielo por un camino cristalino.

Danzarina de deseos cambiantes,
Quisiera ser tu luna deslumbrante,
Para que mi voluntad afecte a las olas ondulantes,
Para ver el rumbo junto a ti cuanto antes.


lunes, 15 de julio de 2013

Canción del Alma

Erase una vez un joven niño llamado Alberto quien en su cumpleaños numero diez recibió por parte de su padre una hermosa guitarra, su padre esta feliz al ver la ilusión que guardaban sus ojos ante ese presente, el cual había significado innumerable jornadas de esfuerzo. Alberto muy feliz decidió ponerle un lindo nombre a su compañera de batallas, una guitarra española, la llamó Lucía.

Desde aquel día ese niño dedicó su vida a las cuerdas buscando así lograr tocar bellas tonadas para aquel que quisiera escucharlo, esto implico grandes esfuerzos, tardes enteras de dedicación y dedos ensangrentados, vendas y cuidados por parte de su madre, noches en vela de lectura y tardes de fogata con amigos en donde poco a poco dominaría su arte.

Un día Alberto toma su noble guitarra en manos y le dice que por fin están preparados para su tan anhelado sueño, entrar a un grupo de flamenco, en donde buscarían ser aquellos que podrían completar al dueto de guitarras que acompañan a los danzarines artistas en sus mágicas veladas.

Decidió entonces sentarse en el centro del pueblo después de 10 arduos años de entrenamiento, 10 años después de recibir a Lucía como regalo, y a manera de prueba empieza a tocar melodías para aquel que sus oidos dejasen cautivar. La primera canción es aquella que todos en el pueblo gustan, la segunda una de mayor complejidad en donde se ven las manos del artista danzando entre la cuerdas, la tercerá más dulce y así hasta que un monton de gente se agolpaba en el centro del pueblo escuchando el pequeño concierto.

Al cabo de un tiempo, la gente se fue retirando dejando solo a unas cuantas personas, entre ellas una joven con una guitarra, que sin miedo se acerca al centro y se funde en cuerdas a la melodía que suena, y con una sonrisa le sigue el compás a Alberto. tras unas cuantas melodías y ya entrada la noche la joven sonríe y corre preocupada por la hora.

Alberto aun embelesado entre fantasías camina de nuevo a  casa con la esperanza que al día siguiente sus caminos se crucen nuevamente.

Al día siguiente Alberto se dispone a tocar de nuevo  en el centro del pueblo, algunos le sonríen, otros siguen de largo, algunos se quedan escuchando un tiempo y después siguen con sus pasos, Alberto un poco desconcertado se hunde aun más en su guitarra con la esperanza que aquella joven vuelva a tocar a su lado, pero al cabo de un rato y tras el último rayo de sol ya oculto, Alberto camina desconsolado a casa, ella no había aparecido.

Con su guitarra en manos abre la puerta de su casa y a manos de su madre va a dar y le dice: Madre mi arte pasajero ha sido, solo miradas he conseguido, nada de bailes y festejos como ayer, y aquella muchacha con la cual pensaba crear la banda no ha vuelto. Entre caricias la madre logra suavizar el llanto del guitarrista, mientras su padre se acerca y con una sonrisa lo invita fuera de la casa.

-Hijo, la razón por la cual te dí esa guitarra era no otra que para buscar tu felicidad, has hecho de noches amargas un dulce tesoro cuando con tu guitarra me animas, ha sido un sosiego dulce ver tu sonrisa tras las cuerdas acariciar, así como yo he sido un buen zapatero tu un buen guitarrista te has vuelto. Al pasar de los años me he dado cuenta que no siempre mis zapatos fueron apreciados unos me los han devuelto con injurias, pero eso no importa, ser zapatero es mi destino y así como algunos los amaron, otros los detestaron. Hijo, el secreto para encontrar lo que buscas no está en la técnica, esa ya la tienes, esta en la autenticidad, ella fue la que me dio el suficiente empuje para hacer posible que Lucía este en tus manos, el secreto esta en hacer lo que amas desde el alma y así podrás disipar cualquier miedo al que te enfrentes, incluso el miedo en los otros.

Tras escuchar esto, Alberto fue a su cuarto, hizo a un lado melodías reconocidas e interpretes, se dispuso a tocar desde el fondo de su alma. al principio todo era nublado, todo era miedo, como cuando toda decisión importante en la vida se toma, pero al cabo de un tiempo, sucedió, y la dulce melodía de su guitarra por fin lo hizo completo. En júbilo Alberto corrió por su casa como si fuera la primera vez que tuviera a Lucía en sus manos.

Emocionado al día siguiente Alberto corrió al centro del pueblo y dejó a rienda suelta sus manos, y una hermosa melodía sonaba, una melodía que transmitía el amor de un artista por su arte, una melodía que hacia palidecer el brillo del sol, una melodía que enaltecía ese día al pueblo. al cabo de un tiempo todo el pueblo estaba frente al joven, en un silencio casi sepulcral, al cabo de un tiempo unos bailarines se acercaron al muchacho y empezaron  a danzar al son de su música. Entre el público se acerca una muchacha con una guitarra en la mano, era aquella muchacha de ayer,  va directo al escenario se observan detenidamente ellos y al cabo de un tiempo ella se acerca a él, le sonríe y le dice:

-Así que siempre fuiste honesto, siempre tocaste con la verdad.
-Si, esa siempre ha sido mi llamada, mi padre es zapatero y yo un guitarrista de corazón.
-Me alegra mucho, eso ha disipado todas mis dudas.
-¿Dudas?, ¿acaso tenías miedo? 
-Si...ese miedo que te da cuando estas tomando una decisión que podría cambiarte la vida.

Y tras haber pronunciado esto, el pueblo estallo en júbilo...

-Y así pasó,esa fue la historia de como nos nombraron a tu madre y a mi las guitarras doradas del flamenco, de como armamos nuestro grupo y de como nos enamoramos. Espero que disfrutes tanto esta pluma y este libro mi dulce poeta.

Este es el legado del amor, de un par de zapatos, una canción y una historia en mi libro.



martes, 9 de julio de 2013

Mujer Embelesada


Cabellera oscura y profunda,
Ojos marrones e intimidantes,
Sonrisa prístina y rotunda,
Manos suaves y oscilantes.

Siluetas curvas y complacientes,
Donde mis manos viajantes se deslizan,
Labios de satín que roban mi mente,
Besos de miel que me inutilizan.

Piel ardiente y nevada,
Que desenfrenado me arrojan,
A caricias y contoneos que sonrojan,
A jadeos y lujurias vigorizadas.

Mujer tu me embriagas,
Con esa mirada que todo lo indaga,
Junto a ti pétalo de rosa,
Mi vida haces primorosa.



martes, 2 de julio de 2013

Invierno en Corazones


En una noche helada de invierno en una cabaña lejana se encontraba un joven, de esos que pareciera que con una mirada desangraran a aquel que lo viera, desangrado de tristeza, como era costumbre a media noche salía de su cabaña, siempre era esa hora porque la rutina ya no protegía la mente de esos pensamientos que pertenecían a su pasado, a su añoranza, la razón por la cual miraba al cielo como si esperara que algo pasara.

De repente se acerca una joven, que tímidamente miraba todas las noches a aquella persona que miraba tan intensamente las estrellas, pero ese día algo fue diferente, esta vez salió de su escondite y se acercó por fin a su anhelado diciendo: Buenas noches, ¿no quieres ir a tomar algo caliente?, el invierno esta noche está muy intenso y podrías enfermarte.

El zombificado voltea mirar y en un gesto irónico sonríe muy tristemente, casi al punto de romper en llanto y le dice: “En el corazón de un hombre que ha perdido el amor de su vida siempre es invierno”. Ella un tanto confundida le sonríe tímidamente y muda sale del sitio como quien huye de un espanto, él gira su rostro después de dejarla huir sin inmutarse y vuelve a mirar la ilusoria luz de la luna.


Ese fue el día en el que este joven congelado murió, congelado por sus memorias, congelado en su des-amorío invierno, y ahora ella quien tanto lucho por él mira al cielo como si esperara que algo pasara.